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Patrimonio

Hornillos de Cerrato, Herrera de Valdecañas y Valdecañas de Cerrato.

HISTORIA Y PATRIMONIO. HORNILLOS DE CERRATO.

La historia del Cerrato palentino está marcada por hechos trascendentales que confirieron a este territorio una gran relevancia histórica. Las tres localidades que unen nuestra Ruta Temática Cerrato cuentan con puntos de un gran interés cultural, asociados a un patrimonio histórico de primer orden.

Comenzamos por la localidad de Hornillos de Cerrato y la espectacular fortaleza que se erige en uno de sus cerros. El castillo de Los Enriquez custodia a esta población desde las alturas. Un pasado de legendario nos traslada a tiempos inmemoriales de los reyes castellanos que dejaron su impronta en estos caminos del Cerrato.

Aunque la historia de Hornillos de Cerrato se remonta a la época romana, es la Edad Media la que nutre a la localidad de importantes sucesos. Por su posición estratégica, Hornillos fue repoblado y fortificado a finales del siglo IX. Esta fortaleza pasó a depender de los Enríquez a partir del siglo XIII. Posteriormente, se reconstruyó en planta cuadrada con fuertes cubos en las esquinas. Las dignas ruinas del castillo aún relucen con sus torres vaciadas por el tiempo.

La localidad de Herrera de Valdecañas se encuentra en el corazón del Cerrato Palentino, cercana a Palencia capital. El relieve está determinado por el valle del río Arlanza y los cerros que se alzan próximos a la población.

El suceso más notable de la villa ocurre en 1507 cuando acampa, durante cuatro meses, el cortejo fúnebre con los restos de Felipe I «El Hermoso». Fallecido en Burgos, bajo la presidencia de su esposa la reina Juana I de Castilla, el cortejo se dirigió a Tordesillas. La comitiva procedía de la vecina Torquemada, donde la reina había dado a luz a la princesa Catalina, aunque se vieron obligados a huir debido a la peste. El cadáver se ubicó en la iglesia parroquial donde permaneció varios meses, aunque las antorchas encendidas para su velatorio acabaron provocando un incendio en el edificio, dañándose también numerosos ornamentos litúrgicos valorados en 40.000 maravedís.

El monasterio de Santa María de Belvis existió en el siglo XIV, cedido a las canónigas de San Agustín de Palencia dos siglos más tarde. En el XVI, Hornillos pertenecía a José de Guevara y después al Marqués de San Vicente. En la parte alta del pueblo se asienta la iglesia de San Miguel, se trata de un edificio imponente que fue reconstruido en el barroco, aunque conserva vestigios originales del siglo XIII-XIV como las bóvedas y la cabecera. En su interior se pueden admirar diferentes retablos, destacando un Cristo del siglo XIII.

El laberinto de yeso se adentra en la roca excavada durante décadas convirtiéndose en la actualidad en un patrimonio histórico.

ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL. LAS MINAS DE YESO.

Hornillos de Cerrato, Herrera de Valdecañas y Valdecañas de Cerrato.

HISTORIA Y PATRIMONIO. HERRERA DE VALDECAÑAS.

Los romanos habitaron estas tierras palentinas tras la conquista de la Península ibérica. La invasión de los musulmanes en el año 711, obligó al repliegue visigodo a las montañas del norte peninsular, donde se inició una lenta Reconquista. Estas tierras palentinas fueron recuperadas en el siglo IX por las huestes cristianas de Alfonso III el Magno. A mediados del siglo XIV, Herrera era lugar de Behetría de Juan Rodríguez de Sandoval y tuvo como señores naturales a los Lara, Vizcaya y Valverde. Don Pedro de Castilla se convirtió, a finales del siglo XV, en el primer Señor de Herrera de Valdecañas, sucediéndole posteriormente Diego de Castilla y Sandio. En el siglo XVIII pasó a formar parte de las propiedades del Conde Torquemada. En aquellos tiempos la población contaba con ciento veinte vecinos.
Bien de Interés Cultural en Herrera de Valdecañas

Iglesia Parroquial de Santa Cecilia

La iglesia parroquial de Santa Cecilia de Herrera es un monumento declarado Bien de Interés Cultural desde julio de 1945. Datada en el siglo XIII, aunque el edificio actual es obra de las reformas realizadas en los siglos XV y XVI. Contaba con los pórticos góticos en la fachada y Cristo Majestad en el tímpano de la portada. La ermita de Nuestra Señora de los Remedios, barroca del siglo XVI, fue reconstruida en el siglo XVIII. Se encuentra situada en un pequeño cerro cercano a la localidad, junto a un mirador con una bella panorámica del municipio.
LA TRADICIÓN DEL VINO

LAS BODEGAS DE HERRERA DE VALDECAÑAS

En la parte más alta del pueblo se sitúa la zona de bodegas tradicionales de la comarca. Las vegas de los ríos Arlanzón y Pisuerga y las tierras de labor que cubren estos parajes son de gran fertilidad y riqueza agrícola. Herrera, ya aparecía en el Fuero de Palenzuela a finales del siglo XI como la aldea de Ferrera, topónimo qué quiere se refiere a “Tierra de herreros y trabajadores del metal”. Hay constancia de la existencia de numerosas herrerías y habitantes dedicados al trabajo del metal. Posteriormente se le incluyó el topónimo de Valdecañas, que proviene de valle de cañas. Herrera ya es nombrado en el año 1061 por el rey Alfonso VI de Castilla y a la vez dotado por su hermano Sancho II.
EL PASADO LEGENDARIO DE LA CRISTIANDAD

LOS 5 EDIFICIOS RELIGIOSOS DE HERRERA DE VALDECAÑAS

En 1675 Herrera pertenecía al señorío del almirante de Castilla, y disponía de cinco edificios religiosos: la iglesia de San Nicolás de Bari y las ermitas de la Virgen del Campo, de San Lorenzo, de Santa Ana y de la Magdalena.

Hornillos de Cerrato, Herrera de Valdecañas y Valdecañas de Cerrato.

HISTORIA Y PATRIMONIO. VALDECAÑAS DE CERRATO.

La repoblación de Valdecañas de Cerrato fue llevada a cabo por los Condes de Castilla, a través de sus ejércitos cristianos en el último tercio del siglo IX, quienes la fortificaron con un recinto amurallado para protegerla de las incursiones musulmanas en el territorio. A la vera de la ermita de la Virgen del Campo se conserva una necrópolis de la época.
En el año 999 se creó el Alfoz de Palenzuela, que fue una división territorial histórica en la provincia de Palencia, al que perteneció Valdecañas. En 1070 doña Domenga donó al monasterio de San Pedro de Cardeña y diversas heredades en el término de Bal de Kannas. En 1074 aparecen citadas heredades en la carta de dote del Cid, que vendió parte en 1113 su mujer, Jimena Díaz, al cabildo de la catedral de Burgos. (…) Es de mi agrado venderos aquella mi heredad de Valdecañas. Está aquella heredad integrada por el Monasterio de San Pelayo Mártir, con sus casas y solares, con tierras y viñas y molinos y prados y todo lo que a él pertenece, en el precio de 500 sueldos de plata. (…)
(…) Es de mi agrado venderos aquella mi heredad de Valdecañas. Está aquella heredad integrada por el Monasterio de San Pelayo Mártir, con sus casas y solares, con tierras y viñas y molinos y prados y todo lo que a él pertenece, en el precio de 500 sueldos de plata. (…) Fernando I de León y Castilla agregó varios monasterios al de San Pedro de Arlanza, como el monasterio de San Facundo y San Martín que se encontraban ubicados en la localidad. En 1352 aparece nombrada como Valdecañas de Suso y formaba parte, junto con el despoblado de Villavaya, conocido entonces como Valdecañas la Vieja, de la Merindad de El Cerrato. Durante el reinado de los Reyes Católicos seguía perteneciendo al Cerrato. En 1475, la reina Isabel impuso a los integrantes de la merindad una contribución que para la localidad fueron 4.329 maravedís. En 1675 pertenecía al señorío del almirante de Castilla, y disponía de cinco edificios religiosos: la iglesia de San Nicolás de Bari y las ermitas de la Virgen del Campo, de San Lorenzo, de Santa Ana y de la Magdalena. En 1752 se denominaba Baldecanas de Arriva y pertenecía al señorío de Palenzuela en la provincia de Valladolid. Finalmente, en 1785 era denominada Val de Cañas. Es de destacar en Valecañas, La Casa del Cordón, una joya de la arquitectura religiosa que nos señala el paso de la Orden Franciscana en la localidad.